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Agua

 Sucedió cuando me dispuse a tomar una ducha. Llevaba diez minutos y el agua seguia fría. Reñí a mi madre por no tener el calentador puesto (cuando ella no tenía en mente que yo me fuese a duchar, por lo tanto no era su culpa) y de la frustración y cansancio que llevaba cargando todo el día, me eché a llorar. Después de tanto tiempo lloré, muchísimo, sin tener una razón clara por la cual mis lágrimas debian derramarse con tanta intensidad. Estaba tan enfadada conmigo misma, culpando a todo a mi alrededor por haber sido tan tonta -y asimismo culpando algo como el agua-. Y ésta encima seguía saliendo fría y me molestaba tanto, tantísimo que las cosas no saliesen a mi manera.  Como por mucho que me esfuerce seguía apareciendo el mismo patrón y yo no podía hacer nada para remediarlo ( o al menos no me gustaba el método para el remedio). Me senté en la ducha y esperé, esperé mientras el agua me helaba los huesos y me erizaba la piel. Dolía tanto y pensé en si la vida era merecedora...

Esencia

  Creo en mí una esencia que me envuelve, me protege y me nutre. Cubre todas y cada unas de las zonas de mi piel y me ofrece calor, un calor como el de una madre. Un abrazo cálido que me reconforta y me deja descansar.  En mí siento el amor y la paz, una barrera protectora que evita heridas nuevas mientras cicatriza las existentes, una barrera que repele a aquellas personas que solo quieren absorber mi felicidad. Creo en mí una tranquilidad y una pureza irrompible, un amor propio tan fuerte como un roble, tan resistente e impenetrable.  Me rodeo con los brazos y siento que, aun con todos los errores que cometí, aun con todas las personas que me dejé influenciar y explotar, aun con las críticas y los castigos que me impuse con el veneno en mis palabras, puedo ser feliz. Y no necesito que nadie me lo diga, que nadie esté presente en mi vida ni me reconforte, porque soy yo quien creo calidez en mi corazón y en mi alma, y me crea un nuevo camino lejos de todo lo malo que deci...

Oscuro vacío

Dentro de mi corazón  tan solo se halla un vacío,  lleno de orgullo y amargura,  intocable y permanente. Mi sangre,  roja y desnuda,  corre por los conductos de la vida,  traspasándome como flechas. Y ahora mi corazón esta herido,  mi alma perdida  y mi cuerpo vacío. Notaré punzadas que reclaman atención,  y yo, como seguidor fiel de la ignorancia,  buscaré refugio en el olvido  mientras mi corazón muere  ahogado en el silencio.